
Los trastornos alimentarios o trastornos de la conducta alimentaria presentan alteraciones en los patrones de alimentación, así como en la autoimagen corporal. Las personas que lo sufren presentan una gran preocupación respecto al peso, imagen corporal y la alimentación.
Los trastornos de la conducta alimentaria afectan especialmente a adolescentes y mujeres jóvenes. El entorno sociocultural tiene gran influencia en el desarrollo de trastornos alimentarios, reforzando cánones de belleza difíciles de alcanzar y castigando aquellos cuerpos que no encajan en lo que se ha establecido como normativo.
Acompaño a familias que pasan por el difícil proceso de anorexia, bulimia y otros TCA. En mi espacio de arteterapia y bienestar emocional podrás comprender el malestar y reconstruir el vínculo con el cuerpo y la alimentación. Te ayudaré a destapar los verdaderos problemas de fondo, desde un enfoque personalizado, creativo y respetuoso.
¿Tipos de trastornos de la conducta alimentaria?
Los trastornos de la conducta alimentaria requieren tratamiento sanitario especializado, tienen en común la alteración en los patrones alimentarios, esta alteración se puede manifestar de diferentes formas:
Anorexia nerviosa
En la anorexia nerviosa existe una preocupación excesiva por el peso y temor a engordar, distorsión corporal acompañada de una autoimagen negativa. Por ello, la persona recurre a la reducción de la ingesta alimentaria (cantidad) así como restricción de los tipos de alimentos a ingerir. Hay dos tipos de anorexia nerviosa:
- Anorexia Purgativa: La persona presenta episodios de atracón y/o de conductas compensatorias como vómito, uso de laxantes, realización de ejercicio físico de forma compulsiva….
- Anorexia Restrictiva: La persona recurre a la pérdida de peso únicamente a partir de la restricción de comida.
Bulimia nerviosa
La bulimia nerviosa se caracteriza por episodios de atracones (ingesta de gran cantidad de alimentos en un periodo de tiempo reducido superior a la que la gente ingeriría). Durante estos episodios la persona siente una gran pérdida de control sobre sus acciones. Para compensar la gran ingesta de alimentos la persona recurre al vómito, uso de laxantes, ayuno o ejercicio físico.
Trastorno por atracón
El trastorno por atracón se caracteriza por episodios en los que la persona come de manera excesiva y siente una pérdida de control durante esos momentos. Esto significa que, aunque la persona esté llena o no tenga hambre, no puede detenerse y consume una cantidad de comida mayor a la que la mayoría de personas comería en situaciones similares.
Estos episodios suelen presentarse con cierta frecuencia, generalmente al menos una vez por semana durante varios meses. Además, suelen ir acompañados de algunos de los siguientes signos:
- Comer más rápido de lo habitual.
- Continuar comiendo hasta sentirse incómodamente lleno.
- Ingerir grandes cantidades de comida sin sentir hambre.
- Comer en soledad debido a la vergüenza.
- Sentirse disgustado, triste o culpable después de comer.
Este conocimiento puede ayudar a identificar patrones y promover una mayor conciencia sobre la relación con la alimentación, facilitando la búsqueda de apoyo y estrategias para un bienestar emocional y alimentario saludable.
¿Cuáles son los síntomas de los trastornos alimentarios?
Los trastornos alimenticios no son fáciles de resolver, a veces las terapias se centran únicamente en la comida y existen otros síntomas que hay que ver y escuchar.
Generalmente la persona con trastorno de la alimentación siente que quiere desaparecer, que necesita controlar (a través de la comida), por eso indagar en el mundo emocional es clave para solucionarlo.
¿Cómo detectar los trastornos de la conducta alimentaria?
Normalmente la persona con un trastorno alimentario no siente que tenga un problema, sino que es el entorno el que percibe ciertas señales que generan una alarma y preocupación. Este entorno suele ser el que propone a la persona el acudir a un profesional para pedir ayuda.
Si buscas apoyo emocional para trastornos alimentarios, no dudes en solicitar información. Las técnicas de arteterapia pueden ayudar desde un enfoque complementario y muy liberador.
¿Por qué tengo un TCA?
No hay una única causa para tener un trastorno alimentario, es la suma de muchos factores. Las dinámicas familiares, la autoestima, el entorno y las características personales (genéticas y de personalidad).
Obviamente influirá la forma de relacionarse con su cuerpo, los hábitos y creencias sobre eso, así como el exceso de redes sociales o mensajes que fomenten la comparación.
En el acompañamiento psicoeducativo indagaremos para averiguar cómo ha llegado la persona a esas distorsiones o conductas que la dañan y qué consecuencias hay. Porque un trastorno de ese tipo remueve a toda la familia, será clave ver qué está tapando ese síntoma.
Causas y factores de los trastornos de la conducta alimentaria
Como hemos visto, las causas de los trastornos alimentarios son multifactoriales, intervienen tanto factores biológicos, psicológicos y sociales.
A nivel psicológico, rasgos de personalidad perfeccionistas, impulsivos, con una autoestima dañada, dificultad de regulación emocional y/o rigidez mental serán factores que predispondrán el desarrollo de un trastorno de la conducta alimentaria.
A nivel sociocultural y contextual vemos que tienen gran influencia las historias de situaciones de alto impacto emocional, un entorno familiar desestructurado o dinámicas familiares disfuncionales. En el caso de los trastornos alimentarios tiene gran influencia el impacto de las creencias impuestas a nivel social sobre la apariencia física, donde se premia el sacrifico por cuerpos delgados y se rechaza y castigan todos aquellos cuerpos que se salgan de ese canon.
Consecuencias de los trastornos alimentarios
Los trastornos alimentarios afectan tanto la salud física como emocional de las personas.
A nivel físico, la restricción en la cantidad o el tipo de alimentos consumidos puede llevar a un estado de desnutrición. Esto puede manifestarse con síntomas como baja tensión arterial, ausencia de menstruación, cansancio, mareos, desmayos, y en algunos casos, desgaste de uñas y dientes, especialmente si hay episodios de vómitos.
En el ámbito emocional y psicológico, las personas pueden experimentar síntomas relacionados con la depresión, ansiedad, dificultades para manejar sus emociones, sensación de aislamiento y una autoestima afectada.
Comprender estas posibles consecuencias es importante para fomentar una relación más consciente y saludable con la alimentación y el cuidado personal.
Acompañamiento en los trastornos de la conducta alimentaria
En el acompañamiento psicoeducativo indagaremos para averiguar cómo ha llegado la persona a esas distorsiones o conductas que la dañan y qué consecuencias hay. Porque una dificultad de ese tipo remueve a toda la familia, será clave ver qué está tapando ese síntoma.
También trabajaremos la autoestima y los pensamientos destructivos, así como nos centraremos en sacar todo lo que estorba y está impidiendo a la persona ser ella misma.
Las técnicas de arteterapia son muy efectivas porque no tratan el síntoma de cara, las personas con este trastorno suelen acudir a terapia a regañadientes y esta es una forma ideal de hacerles dar un primer paso hacia su curación.
Acompañamiento eficaz contra los trastornos alimentarios
Si te has preguntado qué es efectivo para el TCA, te explico que el tratamiento más eficaz de los trastornos alimentarios tiene diferentes características y objetivos en función del tipo de trastorno que se presente y en función de la sintomatología de la persona.
El acompañamiento psicoeducativo trabaja todo el conjunto de pensamientos, creencias y conductas asociadas al trastorno de la conducta alimentaria. Aprender a identificar pensamientos distorsionados, cambiar conductas desadaptativas por otras más saludables, trabajar la gestión emocional, recursos para la solución de problemas y desarrollar una sana autoestima va a ser primordial.
En función de la gravedad del trastorno se puede requerir la intervención a nivel de ingreso hospitalario.
¿Cómo se tratan los trastornos alimentarios?
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), como la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón, suelen tener un origen complejo y multifactorial. Aunque no siempre es posible prevenirlos completamente, existen herramientas y estrategias que pueden ayudar a fomentar una relación más saludable con la comida y el cuerpo, reduciendo factores de riesgo.
Desde un enfoque psicoeducativo, el trabajo se centra en:
- Promover una comprensión consciente y positiva de la relación con el cuerpo y la alimentación.
- Fortalecer la autoestima y mejorar la autoimagen.
- Identificar y gestionar las emociones que pueden influir en los hábitos alimentarios.
- Reflexionar sobre patrones de pensamiento rígidos, autocríticos o evitativos, favoreciendo la flexibilidad mental.
Claves para prevenir los trastornos alimentarios
El trabajo de prevención de los trastornos alimentarios permite que muchas personas sensibles a padecer un problema de este tipo, puedan tener las herramientas para no llegar a desarrollarlo. Es importante ir por delante e invertir en nuestra salud mental y la de los que amamos.
Promover una imagen corporal positiva
- Enseñar a aceptar y respetar la diversidad corporal.
- Evitar comentarios sobre el cuerpo (propio o ajeno), sobre todo frente a niños y adolescentes.
- No asociar la delgadez con éxito, salud o belleza.
Fomentar hábitos alimentarios equilibrados
- Comer con conciencia, sin culpa ni excesos.
- No usar la comida como castigo o premio.
- Incluir todos los grupos de alimentos sin etiquetas como “buenos” o “malos”.
Educar sobre la cultura de la dieta
- Desarrollar pensamiento crítico frente a los mensajes de redes sociales, medios y publicidad.
- Cuestionar los estándares estéticos irreales.
- Hablar abiertamente sobre los riesgos de las dietas extremas.
Trabajar la autoestima y la gestión emocional
- Fomentar el autocuidado desde el respeto, no desde la exigencia.
- Brindar herramientas para manejar el estrés, la ansiedad y la frustración sin recurrir a la comida.
- Reforzar habilidades sociales y emocionales desde la infancia.
Estar atentos a señales de alarma
- Cambios bruscos en la alimentación.
- Obsesión por el cuerpo, la comida o el ejercicio.
- Aislamiento social o malestar emocional persistente.
- Comentarios autocríticos frecuentes sobre el físico.
Buscar ayuda profesional a tiempo
- La intervención temprana es fundamental.
- Psicólogos, nutricionistas y médicos especializados pueden evitar que una conducta de riesgo se transforme en un trastorno.
Prevención en familia y escuela
- Crear un ambiente donde hablar de emociones sea seguro y válido.
- Enseñar con el ejemplo: cómo nos tratamos a nosotros mismos influye directamente en los más jóvenes.
- Capacitar a docentes y orientadores escolares para detectar signos de alerta.
La prevención también es salud mental
Los TCA no son solo “problemas con la comida”, son reflejo de conflictos emocionales más profundos. Por eso, promover el bienestar psicológico desde edades tempranas es una de las mejores formas de prevención.
*Nota: En este centro ofrezco servicios de psicología no sanitaria y arteterapia. No se realizan diagnósticos ni tratamientos sanitarios, pero sí te acompaño en el proceso para sentirte bien.