
Los trastornos de conducta suelen iniciarse durante la infancia o la adolescencia, se caracterizan por la presencia de problemas emocionales y conductuales, como comportamientos desafiantes, actos que transgreden normas sociales (como cometer pequeños delitos) o el consumo de sustancias.
Estas conductas no solo afectan a la persona que las manifiesta, sino que también alteran su desarrollo en distintas áreas: pueden impactar negativamente en el rendimiento escolar, en las relaciones familiares, sociales o en su entorno más cercano.
Es importante tener en cuenta que no se trata simplemente de una “mala actitud” pasajera, sino de patrones repetitivos y persistentes de comportamientos disruptivos, agresivos o desafiantes que pueden afectar significativamente la vida cotidiana y requieren de un tratamiento especializado.
Desde mi espacio, ofrezco un acompañamiento emocional y creativo dirigido a familias y jóvenes que atraviesan estas dificultades.
A través de recursos psicoeducativos, arteterapia y dinámicas personalizadas, trabajamos juntos para explorar las emociones detrás de las conductas, fortalecer habilidades de comunicación y promover formas más saludables de relacionarse con uno mismo y con los demás.
Principales tipos de trastornos de conducta
Entre los diferentes tipos de trastornos conductuales se encuentran:
El Trastorno Negativista Desafiante (TND), que aparece en la infancia y se caracteriza por comportamientos desafiantes, desobediencia y actitudes hostiles hacia figuras de autoridad.
El Trastorno Explosivo Intermitente, que se presenta como episodios de ira y agresividad descontrolada, desproporcionada a la situación que los provoca.
Y el Trastorno Antisocial de la Personalidad, diagnóstico reservado para adultos con un historial de conducta antisocial desde la adolescencia. Involucra desprecio por las normas, impulsividad y falta de empatía.
Cualquiera de estos problemas requiere un tratamiento psicológico sanitario especializado, desde mi enfoque puedo complementar ese proceso para lograr mejorar la vida de la persona y su entorno.
Síntomas de los trastornos de conducta
Las personas que presentan dificultades relacionadas con los trastornos de conducta suelen mostrar un conjunto de comportamientos que pueden ir desde actitudes desafiantes y conflictivas hasta acciones más disruptivas.
Es importante entender que estas conductas no son simples “malos comportamientos”, sino señales que pueden reflejar malestar emocional, dificultades en la gestión de impulsos o problemas en la relación con su entorno.
A continuación, se pueden agrupar algunos de los signos más comunes:
- Comportamientos agresivos: Acoso a compañeros, hermanos u otras personas; peleas físicas; crueldad hacia animales; robos con enfrentamiento; uso de objetos peligrosos.
- Conductas destructivas: Destrucción de propiedad ajena o provocar daños intencionados, por ejemplo, mediante el uso del fuego.
- Engaños y robos: Hurtos en viviendas, tiendas o vehículos, así como engañar a otras personas para obtener lo que desean.
- Incumplimiento de normas: Absentismo escolar frecuente, desafiar las reglas familiares o ignorar prohibiciones establecidas.
Desde un enfoque emocional y creativo, ofrezco recursos psicoeducativos para ayudar a comprender mejor estas manifestaciones, trabajando con familias y jóvenes para explorar qué hay detrás de estas conductas y generar herramientas prácticas que permitan mejorar la convivencia, la comunicación y el bienestar personal y familiar.
Causas de los trastornos de conducta
¿Por qué se tienen problemas de conducta? Si bien no hay una causa única establecida, se observan algunos factores que pueden estar relacionados.
Por un lado, se ha identificado que un daño en el lóbulo frontal, encargado de la regulación de conducta, inhibición, memoria y personalidad, tendría relación con la presentación del trastorno de conducta.
Además, también se deben de tener en cuenta factores ambientales como haber sufrido maltrato infantil, un contexto familiar conflictivo y disfuncional.
Consecuencias de los trastornos de conducta
Los trastornos de conducta tienen múltiples consecuencias en la vida de la persona, pues las peleas o enfrentamientos a padres y/o profesores… son conductas sancionadas socialmente y que tienen consecuencias desfavorecedoras para terceras personas.
De ese modo, a nivel familiar suelen aparecer sentimientos de frustración, incompetencia o culpabilidad. Los padres y educadores pueden sentirse frustrados y agotados, viéndose sin recursos para gestionar las conductas disruptivas de la persona.
Si una persona con un trastorno de conducta no acude a tratamiento de forma temprana, es probable que en la edad adulta se desarrollen otros trastornos, como un trastorno de la personalidad antisocial. El consumo de tóxicos también suele estar muy presente, ocasionando adicciones que empeoran el cuadro sintomatológico del trastorno de conducta.
¿Cuál es la mejor forma de acompañamiento para los trastornos de conducta?
La mejor forma de acompañamiento de los trastornos de conducta requiere un abordaje integral, haciendo participes al entorno escolar, familiar y a la persona que sufre el trastorno de conducta.
Es necesario hacer una planificación individualizada del tratamiento, pues, aunque un trastorno de conducta tenga unas características concretas, cada persona puede presentar diferentes síntomas y con diferente intensidad. El objetivo será mejorar las habilidades comunicativas, controlar la impulsividad y manejar la frustración, entre muchos otros.
La combinación del acompañamiento psicoeducativo con las técnicas de arteterapia ayudarán a la persona a sentirse bien y mejorar su comportamiento para que sea más adaptativo.
No podemos olvidar que el niño o adolescente con trastorno de conducta también pasa parte de su tiempo en la escuela. Por ello, será relevante proporcionar pautas de acción al profesorado para que se sientan hábiles y capaces de hacer frente a conductas conflictivas en el aula, así como en la familia. Tenemos que lograr que el entorno sume en la recuperación, y no al revés.
¿Buscas orientación sobre los trastornos de conducta?
Abordar a tiempo las dificultades de conducta permite que niños, niñas y adolescentes puedan adaptarse a su entorno sin dejar de ser ellos mismos, favoreciendo su bienestar y su desarrollo personal.
El objetivo no es «corregir» la personalidad, sino ofrecer recursos que les ayuden a construir relaciones sociales positivas y a manejar sus emociones de forma saludable, alejándose de respuestas impulsivas o desafiantes.
Una herramienta especialmente útil en este proceso es la arteterapia, ya que permite canalizar emociones intensas —como la ira, la frustración o la tristeza— a través de medios creativos como la pintura, el modelado, el collage o la escritura.
Este enfoque no solo facilita la expresión emocional, sino que también fortalece la autoestima, la reflexión y la autorregulación emocional, especialmente en personas que tienen dificultades para comunicarse verbalmente.
¿Cómo puede ayudar la arteterapia en casos de trastornos de conducta?
- Favorece la expresión emocional sin juicio: El arte permite mostrar lo que a veces no se puede decir con palabras.
- Mejora la autorregulación emocional: A través del proceso creativo, se pueden explorar formas más adaptativas de gestionar la rabia o el impulso.
- Aumenta la autoestima y la confianza: Crear desde lo propio permite sentirse valorado y visto.
- Refuerza habilidades sociales: El trabajo creativo puede hacerse también en espacios grupales, promoviendo la empatía, el respeto y la colaboración.
- Crea un espacio seguro: Donde la persona puede sentirse libre, comprendida y contenida emocionalmente.
Desde mi enfoque psicoeducativo y creativo, acompaño a adolescentes y familias en este camino, ofreciendo recursos para transformar el conflicto en una oportunidad de crecimiento.
*Nota: En este centro ofrece servicios de psicología no sanitaria y arteterapia. No se realizan diagnósticos ni tratamientos sanitarios, pero sí te acompaño en el el proceso para sentirte bien.